ABEL Y CAIN
I
Raza de Abel, tú come y duerme;
Dios te sonríe complaciente.
Raza de Caín, en el fango
cae y muere míseramente.
Raza de Abel, tu sacrificio
¡es aroma de serafín!
Raza de Caín, tu suplicio,
¿podrá tener algún día fin?
Raza de Abel, mira tus siembras
y tus rebaños prosperar.
Raza de Caín, oigo que el hambre
igual a un perro te hace aullar.
Raza de Abel, patriarcalmente
confronta al vientre junto al lar.
¡Raza de Caín, en tu negro antro,
tiembla de frío, pobre chacal!
¡Raza de Abel, ama y pulula!
También el oro sabe engendrar.
Raza de Caín, corazón ardiente,
guárdate bien de desear.
¡Raza de Abel, creces y engordas
como las chinches en la madera!
Raza de Caín, por los caminos
¡se arrastra tu familia entera!
II
¡Raza de Abel, con tu carroña
has de abonar el suelo humeante!
Raza de Caín, tus ajetreos
aun no fueron bastante…
Raza de Abel, he aquí tu oprobio:
el hierro al hierro gana la guerra.
Raza de Caín, sube hasta el cielo
¡y arroja a Dios sobre la Tierra!